No hay duda de que la Muestra Internacional de Cine ha logrado, a través de bastantes años, consolidarse como uno de los encuentros fílmicos más relevantes en la Ciudad de México. Esto, en gran medida, se debe a la cuidadosa selección de sus títulos, películas multipremiadas en festivales de todo el mundo y propuestas innovadoras que logran conectar entre sí y nos ayudan a entender mejor el estado en el que nos encontramos como sociedad.
Esto no resulta para nada ser una tarea fácil. Los cineastas, incluso aquellos que ya han sido legitimados por parte de la industria, se topan año tras año con la aplastante realidad de que los-sus espectadores cambian con más rapidez
que antes. Aunque la situación supone un reto, también crea una evolución narrativa que permite burlar, por momentos, las increíbles brechas generacionales que tanto afectan al cine. Ante estos riesgos y los cambios, la Muestra mantiene su compromiso de exhibición. Para ejemplo de ello, basta con mirar la curaduría de este año, en donde creadores como Saim Sadiq, Catherine Breillat y Estibaliz Urresola desarman aquellos conceptos tan socialmente aceptados como la familia, la moralidad, el éxito y el amor. Por otro lado, cineastas como Agnieszka Holland y Francisco Joaquín Paparella migran al enfoque social y cultural para presentar trabajos que brillan por su sorprendente sobriedad y claridad discursiva. Y así podríamos continuar examinando uno apañarlos de cerca y conocer su experiencia en este sorprendente viaje.
Como cada año, queremos acompañar de cerca a nuestro público y conocer su experiencia a través de este viaje por el cine. Sean bienvenidos una vez más a la 75 MIC.
– Cineteca Nacional –